Una casa que abraza la vida familiar
Arquitectura noble, luz natural y un patio centro de encuentros y recuerdos.
Hay casas que invitan a vivirlas.
A llegar, dejar las llaves sobre la mesa y sentir que el día afloja.
Esta es una de ellas.
Al entrar, el living sorprende por su tamaño: es un ambiente que se puede organizar de muchas maneras. Da perfectamente para dos juegos de sillones, uno para recibir visitas y otro para estar en familia, ver películas, jugar en el piso o simplemente descansar. La luz entra suave por las aberturas altas, y los pisos de madera aportan esa calidez que no se compra: se siente.
La propiedad ofrece 3 habitaciones.
Dos de ellas son principales y amplias, con lugar para armar espacios cómodos y personales.
Una es en suite, con vestidor y baño con antebaño, ideal para tener intimidad y confort cotidiano. La tercera habitación hoy funciona como biblioteca o escritorio: es ese lugar que sostiene proyectos, estudio, trabajo en casa o el ritual silencioso del café a la mañana leyendo algo que inspira.
La casa se articula alrededor de un patio vivo, lleno de plantas, sombra y frescura. Ahí pasan cosas: desayunos tranquilos bajo la parra, cumpleaños en verano, tardes de mate viendo jugar a los chicos, perros durmiendo al sol. Es un patio que acompaña la vida y la estira hacia afuera.
Hacia el fondo, otro sector suma quincho / estar diario, con ventilación y conexión directa a la cocina, ideal para reuniones familiares, almuerzos largos o juntadas de domingo. Y más atrás, el rincón de parrilla y césped, donde se enciende el fuego, se charla sin apuro y se baja el ritmo.
Es una casa que da lugar para la rutina y para lo extraordinario.
Para el movimiento y el descanso.
Para los ruidos de la vida familiar y también para el silencio.
Todo esto, dentro de boulevares, cerca de lo necesario, pero con sensación de refugio.
Una casa para arraigar
y hacer hogar.